quarta-feira, 16 de março de 2011

CORRIDA DE TOROS

La corrida de toros es un espectáculo que consiste en lidiar vários toros bravos, a pie o a caballo, en un recinto cerrado para tal fin, la plaza de toros.
En la lidia participan varias personas, entre ellas los toreros, que siguen un estricto protocolo tradicional, reglamentado regido por la intención estética; sólo puede participar como matador el torero que ha tomado la alternativa. Es el espectáculo de masas más antiguo de España y uno de los más antiguos del mundo. Como espectáculo moderno realizado a pie, fija sus normas y adopta su orden actual a finales del siglo XVIII en España, donde la corrida finaliza con la muerte del toro.
Las corridas de toros son consideradas una de las expresiones de la cultura hispánica. Se practican también en Portugal (donde, a excepción de algunos municipios, no se le da muerte al toro en la plaza desde 1836, durante el reinado de Doña María II), en el sur de Francia y en diversos países de Hispanoamérica como México, Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador, Costa Rica, Panamá y Bolivia.
Las corridas pueden clasificarse, según la edad y el trapío del toro que se lidia, en becerradas, novilladas y corridas de toros propiamente dichas, y pueden desarrollarse a pie o a caballo. Si se ejecutan las suertes a caballo, el festejo recibe el nombre de corrida de rejones o rejoneo. Cuando se combinan ambas disciplinas en un mismo festejo, se denominan corridas mixtas.


Origenes e historia

 Desde tiempos inmemoriales, recorrían los pueblos de España los llamados «matatoros» o «toreadores», divirtiendo al público (y cobrando por ello) mediante la práctica del toreo a pie de forma más o menos rudimentaria (sorteando o recortando a los toros, dándoles lanzadas o saltos, etc.). Además, estaban los pajes que, como parte de su servicio, ayudaban a los caballeros a lancear o rejonear a caballo, realizando los quites cuando fuera necesario. Con la prohibición de torear a caballo que en 1723 Felipe V impuso a sus cortesanos, los modestos matatoros y los pajes empezaron a torear por su cuenta en las ciudades más importantes y a desatar el entusiasmo del gran público.



Siglo XVIII

Aunque la lidia de toros se practica desde muy antiguo, en la segunda mitad del siglo XVIII se produjeron en España una serie de novedades en su práctica que dio lugar a las corridas de toros en su sentido moderno:
  • El toreo a pie sustituye al de a caballo.
  • Los protagonistas ya no son caballeros pertenecientes a clases altas, sino gente del pueblo que se profesionaliza y cobra por su actuación.
  • Nacen las ganaderías bravas y se comienza a seleccionar los toros para la lidia, frente a la situación anterior de mera espontaneidad.
  • Se construyen las primeras plazas de toros como edificios permanentes destinados al festejo.
  • Se escriben las primeras tauromaquias, que fijan la técnica y las normas y van definiendo el arte de torear.
Existieron dos corrientes regionales de cuya combinación surgió el toreo a pie: el ámbito vasconavarro y el andaluz. La tauromaquia vasconavarra se basaba en los saltos, en los recortes y en las banderillas, sin mayor sofisticación, mientras que la andaluza se desarrollaba con lienzos y capas para engañar a los toros. Durante algunas décadas ambos estilos se disputaron la primacía del público, saliendo victorioso el modelo andaluz. De la tauromaquia vasconavarra dejó constancia gráfica Francisco de Goya, que presenció los saltos de garrocha de Martincho, del licenciado de Falces o de Juanito Apiñani en las plazas de Zaragoza y de Madrid. La actual suerte de banderillas es el único legado que ha perdurado de aquel toreo navarro en las corridas de toros, si bien siguen muy vivos los espectáculos de saltos y recortadores en festejos populares.
Con diversas variaciones, se van estableciendo a lo largo del siglo XVIII todos los elementos de las corridas modernas. Se considera al rondeño Francisco Romero el padre del toreo moderno. Romero, fundador de una célebre dinastía, había tomado parte en las últimas corridas caballerescas. Inventó la muleta, dividió la lidia en tres tercios (varas, banderillas y muerte) y subordinó la cuadrilla a las exigencias del diestro. Sin embargo, será su hijo Juan Romero y sobre todo Pedro Romero (nieto de Francisco), Pepe-Hillo y Costillares, las primeras figuras conocidas, quienes ya en la década de los setenta del siglo XVIII impongan de forma definitiva su visión del toreo frente a la tradición navarra, muy semejante ya a la actual.
Una vez decantado el toreo en favor de la idea andaluza, surge una nueva disputa entre toreros andaluces a finales del siglo XVIII: los partidarios del estilo rondeño y los del sevillano. Ambos se basaban en el toreo con capa, pero discrepaban en la finalidad de la lidia: para los rondeños lo fundamental era la estocada, por lo que todo se supeditaba a la preparación de la muerte del toro. Cuantos menos capotazos mejor, para no agotar al toro y poderlo matar recibiendo (no conocían el volapié). En cambio, los sevillanos consideraban que lo importante era lucirse con la capa, mientras que la muerte era solo una forma de poner fin a la faena cuando el toro ya estaba agotado. Costillares inventó la verónica y el matar a volapié (fundamental, para poder dar muerte a toros aplomados tras numerosos pases). También logró supeditar la labor de los picadores a las necesidades de la lidia a pie.
Cuadro atribuido al pintor flamenco Jacob van Laethem


Este es un grabado de Goya

Siglo XIX

Este primer periodo triunfal de la fiesta llega a su fin con la Guerra de la Independencia Española. Tras la guerra, retiradas o desaparecidas las grandes figuras anteriores, tiene lugar un periodo de decadencia de la fiesta. Pero en la década de 1830 aparece otra gran figura del toreo, "Paquiro", conocido como el «napoleón de los toreros», quien une a la escuela rondeña y sevillana y demuestra que ambas son compatibles, es decir, que efectividad y brillantez pueden aunarse en la lidia. Le siguen "Cúchares", "Lagartijo" y "Frascuelo", quienes dieron a la corrida la estructura definitiva que se mantiene hasta el presente. Rafael Guerra "Guerrita", que se inició en la cuadrilla de Lagartijo, le sucedió como gran figura y dominó absolutamente la fiesta de los toros durante la última década del siglo XIX.
Este primer periodo triunfal de la fiesta llega a su fin con la Guerra de la Independencia Española. Tras la guerra, retiradas o desaparecidas las grandes figuras anteriores, tiene lugar un periodo de decadencia de la fiesta. Pero en la década de 1830 aparece otra gran figura del toreo, "Paquiro", conocido como el «napoleón de los toreros», quien une a la escuela rondeña y sevillana y demuestra que ambas son compatibles, es decir, que efectividad y brillantez pueden aunarse en la lidia. Le siguen "Cúchares", "Lagartijo" y "Frascuelo", quienes dieron a la corrida la estructura definitiva que se mantiene hasta el presente. Rafael Guerra "Guerrita", que se inició en la cuadrilla de Lagartijo, le sucedió como gran figura y dominó absolutamente la fiesta de los toros durante la última década del siglo XIX.

El riojano Juanito Apiñani R., retratado por Goya

Siglo XX

Tras el dominio de Guerrita, retirado en 1899, se abrió un periodo de transición durante la primera década del siglo XX, con nombres tales como Rafael González "Machaquito" o Ricardo Torres "Bombita". Dieron paso a la llamada «época dorada» del toreo, que se extendió durante la década de 1910 a 1920 y que tuvo como máximas figuras a Juan Belmonte y a José Gómez "Joselito". Son unánimemente considerados los dos diestros más importantes del toreo moderno: Belmonte, como el creador de la estética moderna («parar, templar y mandar») y Joselito como el torero total, dominador de todas las suertes y de todos los aspectos de la tauromaquia (desde la idea de construir grandes plazas monumentales hasta los detalles de la selección del toro bravo), que aglutinó lo mejor del toreo antiguo y anunció la técnica que habría de imponerse en el futuro.
Posteriormente a la Guerra Civil Española se produce un potente resurgimiento del mundo taurino, especialmente gracias a la figura de Manolete, para muchos el más vertical de los toreros en la historia. De este auge siguen figuras como Luis Miguel Dominguín, el mexicano Carlos Arruza, Pepe Luis Vázquez, Pepín Martín Vázquez y Agustín Parra "Parrita". Si bien esta época se cierra con el fallecimiento de Manolete en la tragedia de Linares, surge entonces otra famosa rivalidad taurina que apasiona al mundo taurino, la de Domiguín y Antonio Ordóñez.
Ya en los años cincuenta se alza la figura de particular elegancia del venezolano César Girón, quien lidera en dos ocasiones (1954 y 1956) el escalafón taurino en España, hazaña que repetiría su hermano Curro en 1959 y 1961. Destacan en los años sesenta, además del mencionado Curro Girón, toreros como Paco Camino, El Viti y Diego Puerta, además de la sensación que causó el surgimiento del poco ortodoxo y revolucionario pero muy triunfador Manuel Benítez "El Cordobés". Las décadas de los setenta y ochenta son las de mayor expansión comercial del mundo de los toros, llegando a haber corrida incluso en el Astrodome de Houston con la participación de El Cordobés. Las grandes figuras de esta época son: José Mari Manzanares, Pedro Gutiérrez Moya "El Niño de la Capea", Dámaso González, Francisco Rivera "Paquirri", Antoñete y Juan Antonio Ruiz "Espartaco", líder de la estadística en forma consecutiva desde 1985 hasta 1991.


Siglo XXI

Las nuevas figuras del toreo, algunas de ellas triunfadoras ya desde la década de 1990, presentan gran diversidad en su estilo y proyección: personalidades tan particulares y de técnica tan depurada como César Rincón, colombiano que abrió 5 veces la puerta grande de Madrid, Enrique Ponce, Julián López "El Juli", Manuel Jesús "El Cid", Cayetano Rivera Ordóñez, Sebastián Castella, Miguel Ángel Perera o José Tomás, quién el 5 de junio de 2008 batió un récord de 36 años en la plaza de Las Ventas, al cortar las cuatro orejas de sus dos toros en una misma tarde, han llevado el toreo al siglo XXI.



Los Participantes

  • Matador de toros: también conocido como diestro o espada, es aquel torero que ha recibido la alternativa y que, en la lidia, realiza la parte principal de la faena y mata al toro con el estoque. Es sin duda el personaje central en una corrida de toros. Según las características de la lidia (a pie o a caballo) se les llama "toreros de a pie" o rejoneadores. El torero de a pie es el responsable sostener la lidia al toro con el capote, llevarlo al caballo, realizar la faena con la muleta y darle muerte. Los matadores de toros comienzan su aprendizaje toreando erales, generalmente a una temprana edad. Aproximadamente dos años después comienza su etapa como novillero, el que lidia novillos debido a su menor tamaño y fuerza con una edad de 3 años y un peso aproximado a los 400 kilos. Por último, se convierten en matadores tras tomar la alternativa, la cual es concedida por otro torero.

  • Subalternos: Personal que ayuda al matador en lo que necesite y en las situaciones que les están permitidas (ocasionalmente llevar al toro a un punto determinado, distraer al mismo durante el cambio de espada entre otras actividades). Lo forman los banderilleros, los picadores y el mozo de espadas. Al conjunto formado por los subalternos y el matador se le denomina cuadrilla.
    • Banderilleros: Actúan en el segundo tercio de banderillas y, cuando no lo hace el propio matador, son los encargados de la colocación de los pares de banderillas.
    • Mozo de espadas: Es la persona que colabora directamente con el matador, su labor es ayudar al cambio de muletas, capotes y espadas.
    • Picador: Es la persona que, montada a caballo, utiliza una vara larga con una punta metálica (puya) para castigar al toro y producir desgarramiento de los tejidos ubicados en la cruz del mismo con el objetivo de probar su bravura, detectar sus características y evitar que el animal embista levantando la cabeza.




  • Personal de la plaza: Son aquellas personas que colaboran en la plaza haciendo posible la celebración de esta fiesta. Entre ellos destacan los taquilleros, los colocadores, el personal del callejón, los paramédicos, el torilero y los areneros.




  • Presidente: Es aquella persona que preside un festejo, generalmente un representante de la municipalidad donde se efectúe. Se encarga de mantener el orden en la plaza y entre sus funciones se encuentran la de ordenar el comienzo del festejo, los cambios de tercio y otorgar los premios –orejas y rabo– a los matadores.




  • Alguacilillos: Son los agentes encargados de transmitir las órdenes del presidente durante las corridas. Es su función principal recoger la llave de los toriles, entregar los premios a los toreros y preceder a las cuadrillas durante el paseíllo.




  • Monosabios: Son los mozos que acompañan y ayudan al picador en la plaza, sobre todo cuando el toro derriba al caballo para evitar que ni el picador ni el caballo resulten heridos.




  • Mulilleros: personal a cargo del tiro de mulillas con las que arrastran el cuerpo muerto del toro para sacarlo de la plaza.




  • Areneros: Mozos encargados de mantener en condiciones adecuadas el albero de la plaza. Tienen su importancia, como lo ilustra el hecho de que desfilen en el paseo de cuadrillas.



  • 









    LA CORRIDA HOY DÍA

    CATALUÑA PROHÍBE LOS TOROS
    Barcelona - 28/07/2010

    Se agota el tiempo de los toros en Cataluña. Por 68 votos a favor, 55 en contra, y 9 abstenciones, el Parlamento catalán ha aceptado la Iniciativa Legislativa Popular que pedía prohibir las corridas de toros en la comunidad. La ley entrará en vigor el 1 de enero de 2012, por lo que a los taurinos catalanes les queda año y medio para disfrutar de los astados en la Monumental. Los pronósticos no han fallado, y la libertad de voto de los dos grandes partidos, CiU y PSC, ha acabado decantando la votación. La mayoría de diputados nacionalistas se han inclinado por el sí; los socialistas han optado principalmente por el no. Pero la diferencia entre unos y otros ha sido insalvable.




    
    

    PRIHIBIDAS LAS CORRIDAS DE TOROS EN CANÁRIAS
     Santa Cruz de Tenerife - 18/04/1991

    Las corridas de toros fueron prohibidas en Canarias por el Parlamento de Canarias el 30 de abril de 1991  a partir de una Iniciativa Legislativa Popular impulsada por el diputado regional Miguel Cabrera Pérez-Camacho, entonces perteneciente a la Agrupación Tinerfeña de Independientes y actualmente en el Partido Popular. La Ley 8/1991, de 30 de abril, de protección de los animales, en su artículo 5, establece:
    "Se prohíbe la utilización de animales en peleas, fiestas, espectáculos y otras actividades que conlleven maltrato, crueldad o sufrimiento".
    Desde 1985 no se celebraban corridas de toros en Canarias, siendo la afición taurina bastante escasa en las islas.
     





    

    JUZGUEN USTEDES MISMOS

    4 comentários:

    1. Hola Ellen, qué tal?
      Me gustaría felicitarte por el blog.
      Eso de las toradas prohibidas en Catalunya y Canarias no lo sabia!!! Me alegra saberlo!
      Saludos
      Pablo Hernandez (Argentina)

      ResponderExcluir
    2. Muy Bien por Cataluña en eliminar las corridas de Toros ojala otras ciudades y paises sigan ese admirable ejemplo de madurez...

      ResponderExcluir
    3. La verdad no me gustan las corridas de toros me dan asco como asesinan a un pobre animal por diversion tambien odio a la gente enferma que se divierte y disfruta con el sufrimiento ajeno de un animal eso es asqueroso deberian eliminar estas mierdas de corridas de toros ya que no aportan nada bueno ademas nisiquiera es cultura ya que matar a un pobre animal no se le puede llamar arte ni menos cultura esto refleja ignorancia y vulgaridad no refleja nada buenos las corridas de toros solo reflejan violencia maltrato y destruccion ademas la corrida de toros no es una diversion sana es crueldad deberiamos exijir la abolicion de esta sucia y asquerosa Tauromaquia Abolicion yaaaaa......

      ResponderExcluir
    4. Hola Ellen
      Felicitacion por el blog!
      Saludos,besos

      ResponderExcluir